Friday, July 26, 2013

El maquinista prestará declaración por 78 homicidios imprudentes

MiquinistaAlviaJul26El maquinista del tren Alvia siniestrado el miércoles en Santiago de Compostela, Francisco José Garzón Amo, que resultó herido leve en el siniestro, se encuentra detenido en un hospital de la capital gallega por la Policía a la espera de prestar declaración, previsiblemente a lo largo del día de hoy, por 78 homicidios imprudentes.
El jefe superior de Policía de Galicia, Jaime Iglesias, ha precisado esta mañana en una comparecencia ante los medios, que el conductor está detenido desde las ocho de la tarde de ayer y que la declaración, ante la Policía, se producirá cuando los médicos lo autoricen. A partir de ese momento, empiezan a contar las 72 horas de plazo máximo para su puesta a disposición judicial, que puede producirse en el mismo hospital, informa Luis Gómez.
Además, el magistrado encargado de la causa, el titular del juzgado de instrucción 3 de Santiago de Compostela, ha ordenado a la policía la custodia de la caja negra del tren, así como que recabe documentos, informes y vídeos, que arrojen luz sobre el siniestro. El atestado, según Iglesias, es “complejo”, y se está realizando bajo la supervisión del juez y el fiscal.

Según se refleja en conversaciones entre la máquina ferroviaria y la sala que ya han sido transcritas, el maquinista dijo que se quería “morir” cuando fue consciente de que el convoy había descarrilado a la altura de una curva muy cerrada en el lugar de Angrois. “La he jodido”, figura en las transcripciones de esas conversaciones que ya han sido incorporadas a las indagaciones sobre las causas del siniestro, según confirmaron anoche a Europa Press fuentes de la investigación.
Estas fuentes explicaron que la comisión judicial aún no ha empezado a oír las dos cajas negras del tren siniestrado, que están bajo custodia policial, ya que se han priorizado las labores de identificación de los fallecidos recuperados. No obstante, sí se ha podido realizar un primer análisis de las transcripciones de las conversaciones mantenidas entre el tren accidentado y la sala, que forma parte del material que se ha facilitado, junto con imágenes de al menos dos cámaras de vídeo, una de ellas ubicada a la salida del túnel. En esas conversaciones, el maquinista reconoce, tras descarrilar, que llevaba una velocidad de 190 kilómetros por hora, como publicó ayer EL PAÍS.
Las pesquisas se centran en un punto y una hora: las 20.41 del miércoles y la curva en el barrio de Angrois a cuatro kilómetros de la estación de Santiago. Ahí, los sistemas de alerta de la vía férrea saltaron al detectar que Garzón Amo circulaba a 190 cuando no debía superar los 80. La alarma, según el maquinista, se activó en el cuadro de mando y él intentó frenar, pero no pudo evitar la tragedia. El conductor, de 52 años, lleva más de un año operando en esta misma línea y 30 como maquinista de Renfe.
El presidente de la compañía, Julio Gómez-Pomar, ha afirmado esta mañana en Antena 3 que el conductor había pasado 60 veces por el punto donde se produjo el accidente y que debía tener un conocimiento “exhaustivo” de la línea. A su juicio, “una curva que tiene un trazado de 80 kilómetros por hora (…) son cosas que conoce perfectamente un maquinista”.
Aunque el exceso de velocidad en una curva cerrada es la causa más probable del descarrilamiento, según admitió el conductor del tren en su primera declaración, otro aspecto esencial es que la seguridad del tramo del accidente no era la del AVE. El sistema de seguridad y de frenada instalado en el tramo del siniestro es el que se usa en una vía convencional y solo permite frenar el tren automáticamente en caso de que este supere los 200 kilómetros por hora. Por debajo, deja en manos del maquinista la decisión de reducir la marcha, aunque le avise de que circula con exceso de velocidad. El sindicato de maquinistas se agarra a ese dato para asegurar que la tragedia “se podía haber evitado”.

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